La pandemia del COVID-19 ha expuesto la catástrofe de la privatización global. En las últimas décadas, los servicios públicos han pasado a manos de compañías privadas. Lo que ha llevado a un alza en los costos, ineficiencia y menor accesibilidad al grueso de la población.
El presidente francés, Emmanuel Macron, mencionó el 12 de marzo que la pandemia ha revelado que hay bienes y servicios los cuales deben ser puestos fuera de las leyes del mercado.
Por ejemplo, se puede hablar de la vacuna contra el COVID-19. Más de 140 líderes y expertos han exigido a gobiernos e instituciones internacionales la garantía de pruebas, tratamientos y vacunas contra el COVID-19 sean disponibles para todos sin ningún cargo. Sin embargo, las farmacéuticas en realidad están compitiendo para vender su vacuna primero.
Nuevas alternativas son necesarias. La mercantilización de la salud, educación y otros servicios relacionados con derechos se han vuelto muy caros para los pobres y puede resultar en violaciones de derechos humanos.